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A medio camino entre la realidad y la imaginación, esta metrópoli tiene mucho que ver con la Gran Manzana, tanto es así que hace casi un siglo, cuando nació el superhéroe en 1939, Gotham, comenzó siendo Manhattan. Su historia en el cómic escrita por Alan Moore es un paralelismo al descubrimiento de Nueva York por los holandeses y la toma de la ciudad por los ingleses.
Al año de la primera publicación, Bill Finger, co-creador de Batman tuvo la idea de crear una metrópoli ficticia llamada Gotham City. Se ideó un nombre inventado para que cualquiera pudiera identificarse fácilmente con la ciudad. ¿Sabías que Gotham City en inglés suena a “God damn” que significa maldito? No es casualidad, define bastante bien su atmósfera maligna llena de corrupción y peligrosidad.
Oscura, decadente y majestuosa, mantiene estos rasgos comunes en las diferentes adaptaciones del cómic, a las series y al cine. Los directores de las películas nos ofrecen distintos matices de la misma ciudad: Gotham. Tim Burton creó un Nueva York Art Decó con un aire lúgubre y gótico, sello de su personal estilo. Por otro lado, Joel Schumacher nos ofrece una ciudad laberíntica y de colores kitch. Por último, en las películas de Christopher Nolan, The Dark Knight, encontramos una mezcla entre Chicago y Manhattan, una apuesta más cerca de la versión del cómic, con el gigantesco Edificio de Wayne Enterprises como espina dorsal de la ciudad.
Si te has quedado con ganas de conocer de cerca la tenebrosidad, intriga y monumentalidad de esta mítica urbe, ven a visitarla a Parque Warner. La Plaza de Gotham City no te dejará indiferente, es una fiel copia de la misma plaza que puede verse en los filmes dirigidos por Tim Burton, te sentirás como dentro de una película.