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2013-06-21 | Parque Warner Beach
Batman: La Fuga, de los orígenes a la atracción
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Al igual que Superman, el origen de Batman, otro de los superhéroes más famosos de DC Comics, data de la década de los 30. Bob Kane y Bill Finger fueron los que crearon al hombre murciélago. Un personaje que destacaba por su doble vida. Por un lado la de superhéroe, Batman, y por otro la de millonario extrovertido, Wayne.
De niño, asistió al asesinato de sus padres. Un episodio traumático que cambió su vida. Wayne decidió entrenarse para en un futuro combatir la delincuencia en Gotham City. Ya adulto y convertido en Batman, buscará aplicar su talento en post del servicio de la humanidad. Este superhéroe es famoso en todo el mundo y su presencia se trasladó inicialmente del los cómics a la serie de televisión y posteriormente a la gran pantalla.
Batman sin embargo se diferencia de otros superhéores en que no posee poderes sobrenaturales sino que sus habilidades se derivan del gran trabajo que hizo desde que era niño, para jurar venganza.
El personaje es especialmente hábil cuando cae la noche, momento en que adopta su papel. Demuestra gran capacidad de lucha, rapidez de movimientos, sentidos muy afinados, habilidad para escabullirse y manejo de artilugios para la pelea.
La esencia de todas estas características se ha trasladado a Batman: La Fuga, la vertiginosa atracción de Parque Warner que plasma en sus más de 500 metros de recorrido toda la esencia del universo del superhéroe. Con 51 metros de altura tope y 81 km/h, esta electrizante montaña rusa es del tipo ‘small and intese’ (pequeña e intensa), con unos giros y subidas tremendamente pronunciadas. Un banco de sensaciones.
La entrada a la atracción Batman: La Fuga se hace a través de la cárcel de Asilo Arkham, lugar de reclusión de la ciudad de Gotham. Ahí podemos ver las celdas de los más malvados enemigos de Batman: Joker, Mr Freeze y compañía.
La zona de embarque está caracterizada con dibujos de los cómics de Batman, lo que da al conjunto de la atracción una gran ambientación con el universo del hombre murciélago. Cuando se pone en funcionamiento, el suelo se abate, se quedan los pies colgando y empieza la diversión. Curvas, loopings, giros y caídas dan un ritmo frenético a una atracción que alcanza un 4.9 de fuerzas G. Trepidante.
